martes, 26 de agosto de 2008

La Bossa Nova cumplió 50 años

¿Qué se puede decir acerca de la Bossa Nova que no se haya dicho ya? Nada…pero si se puede sentir algo: gustar del encanto de su música es un estado de ánimo…un estilo de vida…y lo mejor de todo…no hace falta ser carioca…

Hoy en día, la Música Popular Brasilera parece adecuarse como la mejor influida de los estilos…basta escuchar a Marisa Monte, Adriana Calcanhotto, Tribalistas…y otros…
Por otro lado, muchos argentinos admiran la Bossa Nova, por algo Vinicius, un joven Toquinho, María Creuza y María Bethania realizaron recitales legendarios en La Fusa de Mar del Plata a principios de los años 70 que aún son recordados. Por supuesto que la admiración también se extiende a estos nuevos exponentes de la Música Popular Brasilera (MPB):


Estas páginas de los actuales artistas brasileros son bien cuidadas y en ellas se pueda admirar la glamorosa estética brasilera y su producción musical.
En general, en Argentina, es duro ser músico, es una larga carrera no siempre reconocida que incluso, en los primeros pasos, se hace dura ya que el músico argentino debe trabajar de otra cosa para sobrevivir. En cambio, el músico brasilero es un privilegiado, ser músico en Brasil es ser un artista, y como tal es respetado. No por nada, uno de los aeropuertos internacionales de Río de Janeiro se llama “Tom Jobim”.

Uno de los creadores de la Bossa, Vinicius de Moraes, además de cantarle a la playa, a las mujeres voluptuosas, a la alegría del amor, también fue escritor y periodista durante un cuarto de siglo, por lo que antes del boom de su música escribió notas en periódicos brasileros que fueron recopilados en el libro “Para una niña con una Flor” (De Bolsillo, 2004. Buenos Aires). En esas notas se acredita su sentido del humor y su sensibilidad. Por ejemplo en esta transcripción textual de un relato corto de una situación con otro de los creadores, Dorival Caymmi, así lo demuestra:

CONVERSACIÓN CON CAYMMI

Sábado –el día de la Creación-, llegué al Zum-Zum para realizar mi espectáculo con Caymmy y me lo encontré, como siempre, aposentado en la barra charlando con sus amigos, los camareros de la sala de fiestas. Paulino Soledade, que me da la impresión de que abrió el Zum-Zum (a dos pasos de su apartamento) mucho más para el deleite propio que el ajeno (lo que constituye un certificado de garantía), tiene en este momento el mejor servicio de la noche de Río: un personal que, desde el maître hasta el último camarero, es simpático, eficiente y fiel a la casa. Adolfo, el portero, por ejemplo, que acaba de perder a su hermano y cuatro sobrinos en el desprendimiento de piedras de la calle Euclides da Rocha, está allí firme en su puesto, sumido en sufrimiento pero nunca distraído: ¡una institución de la noche!
Caymmi está en excelente forma. Con la llegada de Nana, su “damita”, y dos nietos, desde Venezuela, está en el séptimo cielo. Todo en él respira salud moral y realización. Su felicidad sería completa si no fuera por la ausencia de su hijo menor, Danilo, el flautista, a quien Caymmi envió en una excursión a Europa. Dori se afirma cada vez más como uno de los jóvenes compositores más importantes de la última generación. Y Stela, su mujer, es su baluarte. ¿Qué más necesita un hombre?
Pedimos cada uno un whisky, y le dije a Caymmi:
-¿Sabes, mi querido Caymmi, lo que un bombero le dijo a mi hijo Pedro? Simplemente lo siguiente: que hay una piedra encima del túnel de la calle Barata Ribeiro que por su peso si se cae llega hasta la Virgen de Copacabana, sin problemas.
- No me digas…
- Eso no es nada. Detrás de donde vivo, en la calle Diamantina, en la falda del Corcovado, hay otra piedra que esta seguro que cae. Los bomberos estuvieron allí y mandaron evacuar tres edificios de apartamentos que están en la trayectoria de su caída. Debe de pesar unas diez toneladas.
Caymmi observó su whisky.
- Claro, poeta…Ya ves…Todo por causa de esto.
Y señaló con los ojos a un jarro de agua que había delante de él. Después bajó la mirada un instante y se quedó pensativo…
- Tiene un aspecto muy inocente, pero ¿lo es? Tan fresca, tan clarita…sin embargo, ¡nadie sabe el daño que eso hace!
Me miró de soslayo, con un gesto de mal augurio muy suyo:
- Es capaz de devastar una ciudad…
Nueva mirada:
- Causa tifus…
Otro:
- Por estas y otras razones, Dorival Caymmi nunca le pone agua al whisky…
Y dando un sorbo del suyo, puro y sin hielo:
- Así es, hermano…¡El agua es fuego!


Vinicius de Moraes, 1966 (En “Para una niña con una Flor”)


Clarín saco una buena nota acerca de este aniversario:
http://www.clarin.com/diario/2008/08/25/espectaculos/c-00611.htm
Tal vez la combinación exacta del carácter de los cariocas, el humor de un Vinicius, la sensibilidad musical de un Joao Gilberto, la playa, la vegetación exuberante de los morros y hasta la belleza natural de la Garota de Ipanema hicieron posible este estilo musical único y trascendente…

Obrigado Brasil por la Bossa Nova!!!

sábado, 23 de agosto de 2008

Marco Denevi, Jonás y la ballena


¿Por qué se dice que es tan importante la lectura?
Tal vez sea por este breve escrito de Marco Denevi:

Jonás hostiga a la Ballena, la insulta, la provoca, le dice que se aprovecha de los peces pequeños pero que es incapaz de devorar a un hombre, la llama arenque, mojarrita y otros epítetos injuriosos. Al fin la Ballena, harta de verse así vilipendiada o acaso para hacer callar a ese energúmeno, se traga a Jonás sin hacerse el menor daño. Una vez dentro del vientre de la Ballena, Jonás empieza a correr de aquí para allá. Profiere ladridos, da puñetazos y puntapiés en las paredes del estómago de la Ballena. Al cabo de unas horas la Ballena, enferma de náuseas, vomita a Jonás sobre la playa. Jonás cuenta a todo el mundo que permaneció un año en el interior de la Ballena, inventa aventuras heroicas, afirma que la ballena le tuvo miedo. Moraleja: si eres grande y poderoso como una ballena y algún Jonás te desafía no lo devores, porque lo vomitarás transformado en héroe.

Del libro "Falsificaciones", Marco Denevi.

martes, 19 de agosto de 2008

Bombachas de campo

La bombacha de campo está tan ligada al gaucho y a la pampa argentina, que aún hoy es la prenda tradicional del hombre de la campaña, desde el peón al estanciero. Sin embargo tiene un origen foráneo. Fue fabricada en Inglaterra, específicamente para abastecer al ejército turco en la Guerra de Crimea. Cuando esta finalizo, la libertad de comercio británica desvío hacia las costas del Río de la Plata la suficiente cantidad de bombachas como para que los gauchos la adopten, ya sea por su funcionalidad o por imposición. Lo cierto es que se trató de un éxito total teniendo en cuenta que la coerción de la publicidad casi no existía en los comienzos de la Revolución Industrial.

En esta fiesta patronal en la población de Villa Ruiz, cerca de Luján, provincia de Buenos Aires, a unos 80 kms.de la Capital Federal, donde aún se pueden disfrutar jineteadas, carreras de sortija, vasos de vino Toro Viejo a $ 2, pastelitos y excelentes choripanes; las bombachas ganan abrumadoramente frente a la urbanidad del pantalón de jean. Las hay de todo tipo, de corderoy, de gabardina, con diseños Príncipe de Gales, combinadas con alpargatas, botas o simplemente zapatos o zapatillas. El conjunto se completa con el imprescindible facón en la cintura.